En más del 90 % de los casos, el término hacker es utilizado para referirse a un
cibercriminal, cuando la realidad es completamente distinta.
El interés por encontrar vulnerabilidades en los sistemas informáticos se intensificó a
mediados de los años 90 con la llegada del internet a la mayoría de los hogares de los
países desarrollados, en ese entonces el movimiento Cracker alcanzó su punto máximo, y
es aquí donde se genera el error.
Hacker: descubre vulnerabilidades en los sistemas informáticos, mediante herramientas
desarrolladas por ellos mismos o por la comunidad, para así corregirlos o reportarlos.
Cracker: utiliza técnicas y herramientas desarrolladas por los hackers con fines criminales o
maliciosos.
De ahí que actualmente las universidades y entidades técnico profesional ofrecen la carrera
Ethical Hacker o Hacker Ético, pues los hackers forman parte importante de nuestra
seguridad y privacidad en línea, de hecho, la gran mayoría de los hackers no pertenecen a
una compañía u organizacion, sino que pertenecen a la comunidad libre.
Una de las compañías que ha contribuido con el fin de la comunidad Cracker y el realce de
la comunidad Hacker es Apple, esta compañía con origen en California logró un cambio
radical en ambas comunidades.
Uno de los hackeos más utilizados en el mundo es el Jailbreak, el cual altera el sistema
operativo IOS de Apple para permitir un acceso total al dispositivo por parte del usuario.
Desde su creación en el año 2007, las pérdidas han sido millonarias para diferentes
industrias, entre ellas la de las aplicaciones, la compañía californiana reaccionó entablando
una demanda penal en contra del Jailbreak, lo cual culminó en fracaso para esta, pues en el
año 2015 una corte de los Estados Unidos declaró completamente legal el Jailbreak, en
este momento se llegó a pensar que era la nueva era de este hack, pero la realidad fue
completamente distinta, este fue el final de esta tendencia, pues Apple reaccionó pagando
miles e incluso millones de dólares a todo hacker que encontrara una vulnerabilidad en su
sistema y que no la publicara para ser aprovechada por los crackers.
Hoy en día, la mayoría de las compañías tecnológicas pagan miles de millones de dólares a
los hackers para mantenerse protegidos de personas mal intencionadas.