En respuesta a un ataque que se cobró la vida de 12 niños y adolescentes en los Altos del Golán controlados por Israel, Israel lanzó un ataque en Beirut el martes por la noche. El gobierno israelí afirmó que el objetivo era un comandante considerado responsable del ataque, lo que generó preocupación en Occidente sobre una posible escalada en el conflicto de larga data con Hezbolá, la influyente milicia libanesa.
El ataque se produjo tras la promesa del primer ministro Benjamín Netanyahu de una reacción «severa» al incidente de los Altos del Golán, donde un ataque con cohetes alcanzó un campo donde jóvenes jugaban al fútbol. Israel atribuyó el ataque a Hezbollah, aunque el grupo negó su participación. El ataque tuvo lugar en la aldea árabe drusa de Majdal Shams, y los funcionarios occidentales pidieron moderación a Israel en su respuesta.
Según un comunicado del ejército israelí, el ataque de Beirut tenía como objetivo a un comandante que se cree que está detrás del ataque con cohetes del sábado. Dos funcionarios de seguridad israelíes, que hablaron de forma anónima debido a la sensibilidad de la información, identificaron al objetivo como Fuad Shukr, un alto funcionario de Hezbollah y asesor cercano de Hassan Nasrallah, el secretario general del grupo. Más de 90 minutos después del ataque de Beirut, tres funcionarios israelíes indicaron que aún no estaba claro si Shukr había sobrevivido.